El tabaco es malo. Fumar mata. Lo hemos escuchado cientos de veces, y todos lo sabemos. Especialmente los fumadores.
Imágenes horribles y mensajes amenazantes se lo recuerdan cada vez que agarran su cajetilla de tabaco. Sin embargo, en España continúa fumando el 22% de la población.
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¿Qué papel tenemos los médicos frente al tabaco?
La principal labor de promover el cese del hábito tabáquico corresponde al médico de atención primaria. Sin embargo, dejar de fumar será un consejo que los fumadores tendrán que oír de cardiólogos, neumólogos, cirujanos vasculares, otorrinolaringólogos, odontólogos, etc. Los daños del tabaco son innumerables. ¿Y los dermatólogos? ¿Tenemos algo que decir al respecto? Absolutamente.
Para empezar, el tabaco continúa siendo la causa más frecuente de muerte evitable en el mundo. Aunque solo sea por eso, nunca estaría de más que cualquier médico aconsejase dejar de fumar a sus pacientes si tiene oportunidad.
Pero es que, además, los dermatólogos tenemos buenas razones para desaconsejar fumar a nuestros pacientes. En este artículo hablaremos de 10 problemas que el tabaco produce en la piel.
1. Envejecimiento prematuro de la piel
El tabaco deja en la piel a lo largo de los años muchas señales de su presencia. Los dermatólogos reconocemos estos rasgos característicos en la piel de los pacientes fumadores.
La «cara de fumador» consiste en el aumento en el número de arrugas – que son más marcadas -, apariencia atrófica y grisácea de la piel y pérdida de la elasticidad. En síntesis, una piel mucho más envejecida.
Otras alteraciones que produce el tabaco son la decoloración de bigote y barba, pigmentación amarillenta de las uñas, arrugas peribucales características, pigmentación de las encías, etc.
Podéis hacer un curioso ejercicio y buscar en Google Imágenes las palabras «gemelos tabaco». Reconoceréis al instante quién es el fumador.

Efectos del tabaco sobre la piel. Imagen reproducida con el permiso de la Fundación Piel Sana (AEDV)
2. Caída de pelo
El hábito tabáquico produce aparición precoz de las canas y acelera la caída del cabello en la alopecia androgénica.
3. Problemas con las cirugías
Cualquier cirugía que se realice en la piel, por pequeña que sea, entraña un riesgo añadido si el paciente es fumador. Los fumadores tienen aumentado el riesgo de necrosis del tejido, de cicatrización anómala y de infección de la herida quirúrgica.
4. Quistes epidérmicos
Los quistes epidérmicos son lesiones subcutáneas que aparecen preferentemente en tronco, cuello y cara. Aparte del problema estético que suponen, pueden complicarse con reacciones inflamatorias intensas.
Tanto si el quiste se ha inflamado como si no, el único tratamiento curativo continúa siendo el quirúrgico, que deja inevitablemente una cicatriz. Existe un estudio que relaciona la aparición de quistes epidérmicos faciales en los varones fumadores.
5. Más cáncer
Seguro que todos conocemos la relación entre tabaco y cáncer de pulmón o cáncer de vejiga, por poner algún ejemplo. Pero es que, además, está demostrado que fumar aumenta el riesgo de carcinoma escamoso o epidermoide. El carcinoma escamoso es tipo de cáncer cutáneo que puede ser agresivo y producir metástasis y muerte.
6. Psoriasis
La psoriasis es una enfermedad inflamatoria de la piel con un gran componente genético. Entre uno de los factores de riesgo para su desarrollo se encuentra el tabaquismo, según un reciente metaanálisis publicado.
7. Hidradenitis supurativa
La hidradenitis supurativa es una enfermedad inflamatoria producida por oclusión folicular que produce inflamación en forma de nódulos, abscesos y fístulas en axilas, mamas, ingles y otras zonas del cuerpo.
Es una enfermedad dolorosa e incapacitante que afecta a gente joven y que disminuye significativamente la calidad de vida de quien la padece. Desde hace años es conocida la incidencia incrementada de esta patología en los fumadores.
8. Lupus eritematoso
Los pacientes fumadores con lupus eritematoso tienen disminuida la respuesta a los tratamientos antipalúdicos, frecuentemente utilizados para el control de esta enfermedad.
9. Dermatitis de manos
El tabaco se considera un factor de riesgo para las dermatitis irritativas y alérgicas de contacto. También parece existir una relación clara con el eccema de las manos.
10. Fenómeno de Raynaud
El hábito tabáquico se ha relacionado con el desarrollo de fenómeno de Raynaud. El fenómeno de Raynaud es un proceso relativamente frecuente en la población general, que puede estar o no asociado a otras enfermedades.
Consiste en el espasmo de las arterias que irrigan la piel de algunas zonas del cuerpo (típicamente dedos de pies y manos). Esto limita la circulación de la sangre y produce los síntomas característicos de esta enfermedad: cambios de coloración de la piel, adormecimiento y dolor.
Conclusión: por qué dejar de fumar
Si te preocupa tener una piel saludable, dejar de fumar es un paso imprescindible.
Además, encontrarás muchos otros beneficios asociados a dejar este peligroso hábito. Encuentra un motivo para dejarlo y adelante. Puedes consultar a tu dermatólogo si necesitas ayuda para dejar de fumar, así como a tu médico de cabecera.