Estimado Dr. Antonio Ares Camerino:
No tengo el placer de conocerlo personalmente pero supongo que si supiese usted que me dedico a la poco noble especialidad de la Dermatología, no tendrá usted ningún interés. Más aún si sabe que en el momento actual me dedico exclusivamente a la actividad médica privada. He leído con mucho interés su artículo de opinión titulado «Mamá, quiero ser dermatólogo» y me gustaría hacerle llegar mis reflexiones al respecto. No puedo enlazarlo ya que ha sido eliminado de la web. Demasiado vergonzoso, supongo, pero estoy seguro de que no ha sido decisión suya el haberlo retirado.
No tenía ni idea de la existencia de medicosypacientes.com, una web del Departamento de Comunicación de la Organización Médica Colegial, cuyo objetivo es «velar por la reputación de esta corporación médica a través de la gestión de la Comunicación Corporativa y la imagen de la marca».
La sensación al leer su artículo me ha resultado muy familiar. Resulta que para ejercer mi profesión en España tengo que estar obligatoriamente colegiado y que parte de mi dinero se utiliza para financiar una web donde se señala directamente a algunas especialidades y a un tipo concreto de atención médica, la privada. Me he sentido igual que cuando por casualidad me acerco a ver qué se cuece en la política actual y veo que parte de los impuestos que se me obliga a pagar se destinan a financiar a personas que generalmente no saben de lo que hablan pero que toman decisiones que nos complican la vida a los que sabemos lo que es madrugar, trabajar, ganar nuestro salario y conciliar.
Efectivamente, «hubo un tiempo en el que la relación médico paciente era una relación». Algunos, como yo mismo o como mi padre (que también, vaya por Dios, ejerce exclusivamente en la sanidad privada), no queremos que ese tiempo se acabe. Es más, haremos todo lo que esté en nuestras manos para que la atención médica no sea llamar por teléfono, ver unas fotos en un ordenador o tener miedo de ver pacientes por si les contagian algo. Le diré también, Dr. Antonio Ares Camerino, que ese grupo de pacientes que surgieron pidiendo «que les preguntaran, que les escucharan» sigue ahí. Usted es vicesecretario del Colegio de Médicos de la Provincia de Cádiz y a lo mejor sus nobles y encomiables labores no le dejan tiempo para comprobarlo in situ.
Estimado Dr. Antonio Ares Camerino, usted es vicesecretario del Colegio de Médicos de la Provincia de Cádiz. Yo, simplemente, soy un dermatólogo gallego que ejerce su profesión con dignidad y toda la pericia que me es posible. Veo que le permiten seguir usando nuestro dinero para publicar ahí, lo cual me sorprende bien poco. Espero que al menos ahora tenga más cuidado con lo que escribe.
Reciba un cordial saludo,
Nicolás Iglesias Pena
Médico especialista en Dermatología