El hemangioma infantil es un tumor benigno típico de la edad pediátrica. Es el tumor benigno más frecuente en la infancia.
Cuando un bebé nace, la piel es lo primero que podemos observar de él. Cualquier cosa que se salga de lo habitual será consultada con el pediatra. En caso necesario, acudiremos a nuestro dermatólogo. No en vano, hasta el 30 % de las consultas en pediatría son por problemas dermatológicos.
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¿Cómo es un hemangioma infantil?
El aspecto del hemangioma infantil depende de la fase en la que se encuentra y del tipo de hemangioma.
Típicamente, se presentan como una tumoración rojo brillante de superficie lisa o lobulada. Los hemangiomas profundos tienen un aspecto más azulado o del color de la piel.
¿Por qué tiene mi hijo un hemangioma infantil?
La causa exacta no se conoce.
Sin embargo, sabemos de algunos factores de riesgo para su desarrollo:
- Sexo femenino.
- Raza blanca.
- Bajo peso al nacer o prematuridad.
- Antecedentes familiares de hemangioma infantil.
- Complicaciones en el embarazo.
¿Cómo se desarrolla un hemangioma infantil?
Los hemangiomas infantiles no suelen estar presentes al nacer.
Aparecen en los primeros días o semanas de vida. Posteriormente, suelen pasar por tres fases:
- Crecimiento rápido: alcanzando el 80 % de su tamaño a los 3 meses de vida.
- Crecimiento más lento: hasta los 6-9 meses.
- Período de involución: suele finalizar hacia los 4-5 años de edad.
Estas fases son orientativas y, en la práctica, pueden variar.
¿Cuál es el mejor tratamiento para el hemangioma infantil?
Como ocurre casi siempre, lo más importante del tratamiento es tener un diagnóstico correcto.
La mayoría de los hemangiomas infantiles no requiere tratamiento. Involucionan espontáneamente con el paso del tiempo. En caso de que puedan producirse complicaciones o secuelas estéticas o funcionales permanentes, se considerará el tratamiento.
De ser este necesario, el propranolol por vía oral se considera el tratamiento de elección.
Otras opciones podrían ser los betabloqueantes tópicos (propranolol, timolol) o los corticoides tópicos. Estos se suelen reservar para casos más leves.
Si crees que tu bebé puede tener un hemangioma infantil, acude a tu dermatólogo para realizar un diagnóstico, tratamiento y seguimiento adecuados.