Los nutricosméticos pueden definirse como preparados que se consumen por vía oral con el fin de mejorar algún aspecto de la salud de la piel.
Están englobados en el concepto «comidas funcionales». Es decir, son un suplemento o complemento alimentario.
Índice del artículo
¿Por qué se llaman nutricosméticos?
El término «nutricosmético» combina las palabras «nutrición» y «cosmético».
«Nutricosmético» se ha utilizado como sinónimo de «nutracéutico». Este último se define como un suplemento que tomamos por vía oral, muchas veces bajo su reclamo de proporcionar beneficios en salud. Comparativamente, serían mayores a los de un complejo vitamínico tradicional.
Sin embargo, otros autores prefieren reservar el término «nutricosmético» para los nutracéuticos dirigidos a mejorar la salud y apariencia de la piel.
¿Para qué sirven los nutricosméticos?
Hoy en día existe suficiente evidencia para afirmar que la nutrición influye en la salud y apariencia de la piel. El estado nutricional de las personas en cuanto a macro y micronutrientes es esencial para ello.
Sabemos también que para conseguirlo es fundamental llevar una dieta sana y equilibrada. También es importante realizar ejercicio físico regular y mantener una adecuada fotoprotección.
Sin embargo, esto es más fácil decirlo que hacerlo. Por eso, muchas personas deciden realizar un consumo de suplementos que supuestamente tienen efectos beneficiosos para nuestra nutrición y la salud de la piel.
Así, un ejemplo es que en Estados Unidos, uno de cada siete individuos consume algún tipo de suplemento nutricional.
¿Por qué los nutricosméticos son tan populares?
Los nutricosméticos son muy populares entre los pacientes que buscan consejos para el cuidado de la piel.
Ello se debe a lo interesante de sus teóricos efectos positivos y a lo aparentemente inocuo de su ingesta.
Los productos nutricionales para mejorar la salud cutánea están sujetos en Europa a una estricta legislación. Por ello, sus reclamos publicitarios deben estar sustentados en pruebas.
Sin embargo, es sencillo para los creadores de estos productos aportar reclamos publicitarios sin incumplir la legislación. Tenga lo que tenga un nutricosmético (y funcione o no) puede publicitarse con ideas cuestionables.
Por ejemplo: la afirmación «contribuye a la formación de colágeno». Está claro que siempre y cuando contenga una cantidad suficiente de vitamina C pasará el filtro. ¿Por qué? Porque esa vitamina es esencial para la formación de colágeno. Eso no quiere decir que su consumo marque una diferencia.
¿Son los nutricosméticos realmente eficaces?
Aunque el concepto de nutricosmético es muy interesante, lo cierto es que existen muchas lagunas.
Falta conocimiento de la absorción, metabolismo, dosis, toxicidad y distribución en tejidos y órganos de los componentes de estos preparados.
Hay varios motivos por los que estos productos pueden generarnos incertidumbre. Pensemos en un nutricosmético cualquiera que:
- Contiene una sustancia que está demostrado que funciona para mejorar la salud de la piel. Desde su consumo por vía oral, pasando por el sistema digestivo hasta su teórico depósito en la piel, ¿pierde alguna de las propiedades que lo hacen efectivo? ¿Alcanza una concentración suficiente para ser útil?
- Contiene una sustancia que ha demostrado una actividad de reducción del daño celular in vitro. ¿Será relevante la actividad de esta protección en personas reales? ¿Cómo lo medimos?
- Dispone de estudios que avalan que el consumo del mismo produce un incremento significativo y demostrado del 12 % de la hidratación cutánea en humanos. ¿Qué repercusión tiene eso? ¿Se puede conseguir lo mismo con una crema hidratante? ¿Han tenido este y otros factores de confusión en cuenta a la hora de hacer dichos estudios?
¿Qué hay publicado al respecto de los nutricosméticos? Lo que dice la ciencia
Un completo artículo que recopila los estudios en humanos con nutricosméticos concluye que existen ingredientes potencialmente efectivos para disminuir los signos del envejecimiento e incluso algunas enfermedades.
No obstante, el artículo destaca que, hasta la fecha, los estudios en humanos no han sido concluyentes por varias razones:
- La mayoría de productos nutricosméticos son una mezcla compleja de sustancias que no permite determinar una relación causa-efecto con ninguna de ellas.
- Los ensayos clínicos realizados tienen un poder estadístico bajo, con un número insuficiente de personas, o sin grupo placebo.
- En esos ensayos se miden parámetros clínicos (rojez, manchas, elasticidad) y no marcadores moleculares que permitan establecer un posible mecanismo de acción.
Todos estos motivos son los responsables de que con la mayoría de productos no podamos sacar ninguna conclusión fiable.
En definitiva, se puede decir que la evidencia para recomendar cualquier nutricosmético está muy alejada de la que tenemos con la mayoría de medicamentos que utilizamos en medicina.
¿Para qué sirven entonces los nutricosméticos?
Todo lo expuesto anteriormente no quiere decir que los nutricosméticos no pudieran tener algún tipo de beneficio. En ese territorio de incertidumbre se deben mover las actuaciones y recomendaciones de los profesionales de la salud.
Antes de consumir un producto nutricosmético, consulta a tu dermatólogo acerca de la conveniencia de hacerlo. No te guíes únicamente por los reclamos publicitarios de las empresas fabricantes.
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